La resiliencia de O’Connor, la obligación de Roglic, la ilusión de Mas
Oviedo (EFE).- La Vuelta 2024 empieza la tercera y decisiva semana de carrera pendiente de resolver las grandes incógnitas que aún mantiene, las de hasta donde llegarán la resiliencia del líder Ben O’Connor, la obligación de ganar que tiene Primoz Roglic y la ilusión de un Enric Mas en buena forma.
Asuntos que se resolverán en el trayecto de Asturias a Madrid empezando el martes en los Lagos de Covadonga, pasando por etapas de la enjundia de la del viernes en el Alto de Moncalvillo, en la Rioja, el tremendo ‘etapón’ preparado el sábado por las Merindades de Burgos entre Espinosa de los Monteros y Picón Blanco, y la crono decisiva del domingo ya en la capital de España.
También visitará la Vuelta Santander y Álava, aunque apuntan a transición entre los días determinantes de la prueba.
O’Connor-Roglic por el maillot rojo
Una carrera a la que le faltan varias aristas que limar pero que tiene en el duelo O’Connor-Roglic por el maillot rojo la más importante de todas. Es una pelea entre la resiliencia del australiano y la obligación del esloveno.
O’Connor se hizo con el liderato con una exhibición camino de Yunquera en la sexta etapa que cogió a traspié al pelotón. Un botín increíble de casi cinco minutos que el líder del Decatlhon AG2R La Mondiale está gestionando como puede.
En cada cita importante el oceánico pierde tiempo pero no tanto como para ceder el jersey de líder. No se es cuarto en un Tour (2021) y un Giro (2024) de casualidad y O’Connor está vendiendo cara su piel.
Al de Subiaco (28 años), además, también le vale el podio y eso le anima a seguir resistiendo. ¿Hasta cuando? Eso es lo que tiene que desvelar la última semana.
A Roglic esa desventaja con O’Connor le ha hecho ir a contrapié y cambiar un tanto su táctica habitual de dejarlo todo para la última subida e ir ganando tiempo base de demarrajes a poco de la pancarta y bonificaciones.
En esos ataques un tanto lejanos apoyado en su equipo el esloveno no ha mostrado la fiabilidad de su táctica más conocida.
Aún así, Roglic ha limado y limado y ya está a una distancia en la que pocos confían, quizás ni el propio australiano, que O’Connor aguante. Y eso que el líder del Red Bull-Bora fue sancionado camino del Cuitu Negru con 20 segundos después de ir un rato ‘tras coche’ tras cambiar de bicicleta.
Aunque el 1.03 -hubiesen sido solo 43 segundos sin la sanción- que mantiene O’Connor no parece suficiente no solo para los Lagos y/o Moncalvillo, sino sobre todo de cara a la crono plana de 24,6 km que cerrará la carrera en Madrid.
Mas no se descarta
Mirando a esa pelea por rabillo del ojo está Enric Mas, en uno de sus mejores momentos pesar de un día flojo en Ancares. El español es tercero, recuerda al corredor fiable en las grandes vueltas que parecía estar dejando de ser y cuenta con un aval que le impulsa para lo que queda.
El de Artá ha dejado ya dos veces la rueda de Roglic, lo que no se da mucho y menos en la Vuelta. Aunque también es verdad que el Zagorje ob Savi arranca mucho mejor que acaba. Eso, con solo 1.20 perdido con Roglic, a Mas le invita a soñar. Y le ilusiona sobremanera.
Aunque, como O’Connor, el jefe de filas del Movistar tiene el hándicap de la crono final de Madrid. Si en la de Lisboa, en 12 kilómetros, perdió 23 segundos, en Madrid, sobre el doble de recorrido el español tiene que contar con que perderá en torno a un minuto.
Por ello, ahora mismo, a 2.23 también de O’Connor, Mas parece todavía solo candidato al podio, que cierra por delante de Richard Carpaz y Mikel Landa. A los que tiene cerca, a 21 y 42 segundos.
Pero más le apuraban antes del Cuito Negru, donde el mallorquín se sacudió la malas sensaciones de Ancares, y donde, reconociendo sin ambages su mal día, insistió que su «objetivo es ganar la Vuelta». Otra incógnita a despejar por la ultima semana de carrera.
Que, como la primera y la segunda, promete pelea y espectáculo en sus citas decisivas. Y quedan unas cuantas.
Ramón Orosa
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